audiencia final

24 Ago audiencia final

Audiencia final

Una vez más la larga y lenta fila en el lobby del número 99 de la calle 4 en el Downtown de Miami para entrar al edificio que alberga la sala de audiencia del juez Edwin Torres en el piso 10. La uniformada funcionaria de seguridad pide las identificaciones de cada uno en la fila, mientras que los abogados de USA van directo al detector de metales.

Llego a la ventanilla y entrego mi pasaporte y la señora dice: “You are not in the list” y yo de inmediato ¿what list? Y ella reitera con un tono más alto rayando en grosería “you are not in the list” ¡next! Y yo mirándola con cara de que nos conocemos, he entrado aquí 4 veces en los últimos dos meses, y tres más hace diez años, ¿cómo me haces esto?

Mónica Palm de La Prensa avanzó con cara de niña regañada y su pasaporte en la mano y la funcionaria le dijo en inglés que ya ella había estado antes y que pasara, mientras yo veía atónito como pasaba y recordando que antes de mí ya había entrado Atenógenes Rodríguez de Telemetro, Jaime Abad y su esposa que son parte del público y otros periodistas-

Joey Vega entregó su pasaporte, lo escanearon y lo enviaron a la fila del detector de metales sin problemas y yo ahí parado, me paro en la ventanilla y la mujer insiste que no estoy en la lista y yo le pregunto si hay una lista de periodistas, y ella vuelve a decir que no estoy en la lista de celulares, y yo enseño mi pluma y libreta, “I don’t have any cell pone” y ella dice “sorry, this is a krazy Morning”, y mi alma regresó al cuerpo, tomó mi pasaporte y subí sin problemas, el Marshal me dice, “nada de contacto visual con el preso, y tampoco hacerle señas ni trate de hablar con él, ya tu sabes como es”.

La sala de audiencias estaba llena y quedaban pocos puestos, mi esquina en la banca más cercana al puesto del reo ya había sido ocupada, y pude acomodarme en la tercera fila junto a Iván Donoso de Next. Dos minutos antes de la hora programada entró Ricardo Martinelli escoltado por dos Marshalls, vestido de kaki y esposado de pies y manos, se sentó junto a sus abogados, a los pocos minutos pidieron ponerse a todos de pie y Edwin Torres entró por su puerta privada con su larga toga negra, le quitaron las esposas a Martinelli y empezó la audiencia.

La audiencia fue aburrida esta vez, una repetición de los mismos argumentos y debates sobre si la convención contra el cibercrimen tiene efecto retroactivo o no, si el equipo Pegasus es distinto al MLM y que no hacen lo mismo, que uno se compró después y que si hubo o no lesión al erario panameño.

Cuando se acababa la audiencia y todo estaba dicho el juez preguntó por el análisis del ex fiscal panameño Roberto Moreno y cuanto demoraría la traducción, y cuando el abogado junto a Marcos Jiménez dijo 3 a 4 días hubo un murmullo en toda la sala, de todos imaginando que habría que regresar nuevamente a la sala de audiencias. El juez finalmente dijo, 4 días, hoy es 23, unos días para leer y el 31 de agosto anuncio mi decisión.

Ricardo Martinelli fue esposado nuevamente, y retirado de la sala por un pasillo lateral muy próximo a las bancas, saludó a sus abogados, sonriente nos dijo a Iván Donoso y a mí, ¿cómo están muchachos?, y asentí con la cabeza, recordando que el Marshall dijo que no podía hablar con el reo, y después miró a Mariela Jiménez diciéndole “te quiero mucho”, saliendo por la misma puerta que entró